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Atrévete a compartir tus talentos

Atrévete a compartir tus talentos

atreverse a compartir los talentos

Lo que tienes para dar al mundo es más importante de lo que crees

Hoy quiero hablarte desde mi propia experiencia, porque sé que lo que me pasó a mí le sucede a muchos. El ser humano tiene una tendencia natural a subvalorarse y pensar que lo que hace no es tan importante como para que otros se interesen en aprenderlo.

¡ES FALSO!, y tal vez mi historia te ayude a creer más en ti mismo.

Eso que llaman TALENTO

Hay quienes dicen que el talento se hereda, se trae en los genes.

Otros piensan que el éxito es el producto de mucha dedicación y esfuerzo.

Yo creo que es una combinación de ambas.

Mi abuela escribía poemas, mi mamá canciones…

Yo a los 5 años le pedí una máquina de escribir a Papá Noel. Recuerdo que escribía cartas a mi tío (que acababa de fallecer y lo extrañaba mucho) y se las daba a mi papá para que las pusiera en el correo. Desde entonces, no he hecho otra cosa que gastar grafito sobre papel y teclear como una enajenada.

En 2017 conocí el copywriting de la mano de Javi Pastor. Hasta entonces, creía que eso solo se hacía en las agencias de publicidad para crear eslóganes y anuncios de televisión.

Todo lo que conocí en solo 3 meses fue como un tsunami; si quieres conocer la historia completa, lee este artículo que publiqué hace ya 3 años, al cumplir el primero como copywriter profesional. 

Aprendí que, si quieres vender, no puedes escribir como si fuera un poema, una canción o una carta. Entendí qué necesita saber un lector que va a comprar un producto o servicio, cómo se le debe presentar la oferta y cuánto de persuasión y emoción debe tener el texto para convencerlo sin espantarlo. 

Todos esos conocimientos fueron importantes para desarrollar mi oficio actual, pero la verdad es que la base ya la tenía, luego de tantos años escribiendo notas de prensa, crónicas, entrevistas, artículos, correos, informes, ensayos, relatos y más.

Y eso jugó en mi contra.

En realidad, no sentía que mi profesión fuera una «gran cosa». ¿Quién podría querer aprender lo que yo sé? ¿A quién le podría parecer útil o interesante? ¿De verdad era importante lo que yo hacía con relativa facilidad?

Digamos que tenía el Síndrome del Impostor en mi propia y particular versión: no pensaba que no era buena, sino que creía que mis conocimientos no eran tan «grandiosos» como para que fueran útiles y buscados por otros.

Tienes que creértela

Allí está el meollo de todo este asunto.

No se trata de lo que sabemos hacer. El problema está en que como lo sabemos, pensamos que es algo fácil, común, poco interesante.

Como decía mi profesor de Lógica de la facultad, el difunto Padre Arruza: ¡UN ERROR CRASO Y SUPINO!

Que te sea fácil no quiere decir que es poco importante o útil para los demás. 

A mí, por ejemplo, me parece complicadísimo tejer en cualquiera de sus formas; cuando lo he intentado no he logrado dar dos lazadas correctas. Ya desde chica, se me enredaba el hilo en la primera puntada; hoy me sigue pasando lo mismo. Y la envidia me pone verde cuando veo a alguien tejer sin ni siquiera ver las agujas. ¡Quisiera poder hacerlo!

La práctica y la experiencia, son mucho más valiosas de lo que pensamos.

Y después de creértela: ¡Atreverte!

¡Vaya verbo! Encierra vértigo, aventura y un final incierto.

Pero la verdad es que si no te lanzas, nunca conocerás ese final.

Y yo prefiero llegar a vieja con muchas historias que contar a mis nietos, ya sean sobre triunfos o fracasos, que tener que callar porque no me atreví.

Tampoco voy a mentirte. Soy bastante precavida en todo lo que hago. Por eso me atrevo, sí, pero calculo mis riesgos.

Fue lo que hice al lanzar la primera edición de mi formación para enseñar lo que mejor sé hacer: escribir textos —lo que hago desde niña— de venta —lo que vengo haciendo desde hace 4 años— para que emprendedores como tú y como yo, vendamos más y mejor.

Fue igual que aprender a nadar: primero en lo llano, luego agarradita del borde, hasta que al final me solté.

En la primera edición del curso «ESCRIBE+ CONECTA+ VENDE+» estuve agarrada del borde: pocos alumnos, todo muy artesanal. Agradeceré por siempre a quienes SE ATREVIERON, creyeron en mí y me ayudaron a confiar en mi producto con su feedback. 

Me atreví.

Y ¿sabes qué? Me asombró el resultado.

Me di cuenta de que hay muchísima gente que necesita aprender lo que yo sé.

Hoy puedo decir con orgullo que estoy lista para lanzar la próxima edición, que viene recargada, pero con el mismo compromiso de entregar una formación de alta calidad. Y no solo en cuanto a conceptos teóricos, sino en la aplicación práctica de esa teoría y en el contacto cercano y permanente con cada uno de los alumnos.

Entonces…

¿Tienes alguna vaga idea de cuán útil y valioso puede ser eso que sabes para otras personas?

La respuesta a esta pregunta solo la tendrás SI TE ATREVES. 

Anímate a darle al mundo algo de tu conocimiento. Siempre habrá alguien a quien le resulte importante y útil. Tú puedes ayudar a muchos a crecer, a saber más, a tener más confianza en sus capacidades y a atreverse también a compartir eso que saben con los demás.

Javi Pastor lo hizo conmigo, yo quiero hacerlo contigo y tú puedes hacerlo con otros. Una cadena infinita que hará este mundo un mejor lugar. Con tu aporte, con el mío, con el de todos.

¿Te atreves?

2 comentarios en «Atrévete a compartir tus talentos»

  1. Excelente post, Milena. Formo parte de los «atrevidos» que confiamos en ti para la primera edición de tu fantástica formación. Sin lugar a dudas, puedo decir que aprender sobre escritura persuasiva, (copywriting), es una de las mejores decisiones que he tomado en este año que tanto nos ha enseñado.

    Ser emprendedor requiere coraje y valentía (para mi, primas hermanas de la vulnerabilidad). Me gusta la forma en que planteas el atrevimiento, desde la voz de quién lo intentó – y lo intenta cada día – porque el proceso de emprender es iterativo, no hay atajos, ni magia. El humo solo lo quiero en mi café, no en la gente.

    Y como bien dices, la fórmula es simple: «Anímate a darle al mundo algo de tu conocimiento». ¿Las vías y formas? Las que cada uno prefiera. Desde una marca personal online, hasta ese consejo oportuno a la persona que tienes al lado, sin la necesidad de la tecnología y las redes sociales.

    Todo, todo suma; de eso se trata vivir. De compartir lo que sabemos o hacemos desde la honestidad y la vulnerabilidad. Seamos ese regalo honesto y atrevido para el mundo.

    Gracias totales.

    MG

    • ¡Ay, María Gabriela! No sabes lo feliz que me hace tu comentario. Gracias por tu «atrevimiento». Tú también tienes mucho que entregar al mundo y confío en que lo harás, ahora con más herramientas, con más seguridad, pero siempre con esa vulnerabilidad que nos hace HUMANOS. Te quiero.

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