Redacción con Inteligencia Artificial ¿Aliado o enemigo?
Es el tema del momento; imposible pasarlo por alto en mi blog, sobre todo cuando hay quienes piensan que el oficio del escritor se ve «amenazado» frente a este avance tecnológico. Aquí te doy mi opinión al respecto. Saca tus propias conclusiones.
Mi 2023 arrancó con una noticia que, en un primer momento, podía lucir pavorosa: llegaba una herramienta gratuita de inteligencia artificial que podría destronar de un plumazo al mismísimo Google.
¡Oh, my Google!
Se trata de ChatGPT, una plataforma de OpenAI, cuyo éxito sorprendió incluso hasta a sus propios creadores, pues, aún hoy, se satura y colapsa con frecuencia.
Luego de leer varios artículos al respecto y probar yo misma la interfaz, te cuento lo que opino de ella, aunque te adelanto desde ya: no es la panacea ni tampoco el demonio. Calma, pueblo.
¿ChatGPT puede destronar a Google?
Se decía (y se sigue diciendo) que a ChatGPT le puedes pedir o preguntar lo que sea y te devuelve una respuesta válida. Lo mismo que Google, con algunas diferencias a favor y en contra que te explico a vuelo de pájaro:
Pro:
ChatGPT te entrega documentos redactados y [en teoría] listos para publicar. Esto es extraordinario, por ejemplo, cuando se trata de tareas escolares o universitarias. Incluso para los redactores de contenidos es una gran ventaja, porque puede darnos enfoques o abordajes que no habíamos pensado y, así, enriquecer nuestros trabajos.
Contra:
No tienes acceso a las fuentes, por lo que no sabes en realidad de dónde está sacando la información este «robot» y cuán confiable puede ser. Esto te impide, entre otras cosas, crear una bibliografía en tu trabajo académico, o garantizar que tu nota no sea un «copypaste» de otras publicadas con anterioridad. Es decir, no puedes corroborar los datos ni estás blindado contra el plagio.
No podemos olvidar que tanto ChatGPT, como cualquier otra herramienta de su estilo —que hay cientos ya— se alimenta con lo que ya existe en el ecosistema online. Y sabemos que ese es un mundo muy contaminado con basura, información poco relevante y fake news.
No creo que estas plataformas sean tan sabias como para saber seleccionar lo sustancioso. Me remito a las pruebas que he hecho: genera contenidos bien redactados pero faltos de sazón.
La gran ventaja de Google, que no tiene ChatGPT es que puedes rastrear la fuente de cada cosa que busques y discernir si es confiable o es basura. Incluso existe Google Académico, un espacio poco conocido dentro del buscador que solo te arroja resultados de papers, libros y documentos serios con todas sus referencias.
A ChatGPT le costará un tiempo (si es que llega) lograr este discernimiento. Creo que más rápido crearía Google su propia herramienta de AI para escribir documentos de calidad y de buenas fuentes. Y según lo que he leído, ya está trabajando en ello. Es solo cuestión de tiempo.
¿Es ChatGPT una amenaza para los redactores?
Con lo que te he contado hasta aquí, entenderás que yo opino que no.
Al contrario.
Sabiéndolo usar puede convertirse en nuestro mejor aliado, pues es capaz de:
- Ahorrarnos tiempo de investigación.
- Arrojarnos ideas de contenido que ni habíamos imaginado.
- Sugerirnos opciones para títulos, introducciones y cierres de textos, las tres partes más importantes de cualquier escrito.
- Sencillamente, desbloquearnos.
Pero además, la inteligencia artificial de ChatGPT nos ayuda en muchas otras tareas que, hoy en día, hacemos de forma manual o utilizando otras herramientas, como por ejemplo:
- Si le damos los datos suficientes y correctos, nos asiste en la creación de nuestro buyer persona o cliente ideal.
- Puede darnos una lista bastante respetable de palabras claves o keywords que nos ayuden con el SEO (punto interesante si partimos del triste hecho de que las herramientas SEO gratuitas son una especie en franca extinción).
- Es capaz de sugerirnos ideas y temas para desarrollar una estrategia de contenidos con objetivos específicos, muy útil cuando se nos agotan las ideas propias.
- Puede traducir del o al español textos en casi cualquier idioma. Si bien esta opción también la ofrece Google, aquí tienes todo en un solo lugar.
Creo que una gran ventaja de ChatGPT es que puedes interactuar de una forma más «personal» que las típicas y simples preguntas que le hacemos a Google o a cualquier otro buscador.
Aquí, puedes realmente conversar con la herramienta, ella se va a alimentando con tus preguntas y solicitudes e, incluso, con tu forma de escribir. No olvides que cada input que hacen los millones de personas que están usándola a diario es un granito más de conocimiento para entregarnos mejores resultados.
Pero, de nuevo: OJO.
En temas muy específicos y ante la necesidad de darte una respuesta convincente, GPT también puede traerte resultados muy extraños, poco creíbles o faltos de sustancia. La advertencia, en resumen, es «no creas todo lo que te diga». Punto.
Inteligencia Artificial: ¿Debemos preocuparnos?
Es verdad que Chat GPT es un gran invento, pero aún son muchas las cosas que no hace como nosotros, los de carne y hueso. Por ejemplo:
- Redactar sobre algo muy novedoso o una idea original o propia que no esté en Internet. Por ejemplo, no podría concebir un poema a partir de un pensamiento o emoción que sienta el autor.
- Crear y comunicar con una voz de marca propia y original que utilice vocablos especiales, humor, sarcasmo o dobles sentidos. Una voz bien definida y un tono adecuado para cada momento es imposible de replicar.
- Generar emoción, conexión e interacción en el lector; es la razón de ser del copywriter y hasta ahora no hay robot que pueda sustituirnos.
6 comentarios en «Redacción con Inteligencia Artificial ¿Aliado o enemigo?»
¡Excelente artículo!
¡Gracias, Sil!
más que genial este artículo Mile, me encanta como enfocaste tu punto de vista sobre el tan nombrado chatGPT, gracias.
Así lo veo yo. Es una ayuda, pero no la gran solución a todo. Tampoco es la muerte de nadie. Seguimos. 😉
Mile, para variar, excelente! Sin desperdicio. Y tal como lo dices, Chat GPT no es la panacea pero tampoco el demonio, ese creo que es un buen resumen. Simplemente una tremenda herramienta, con algunos aspectos positivos y otros no tanto. Y, como todas las herramientas, hay que aprender a utilizarla para sacarle el mejor provecho.
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